La EPM (Electrólisis Percutánea Musculoesquelética) es una técnica de fisioterapia invasiva que consiste en la aplicación ecoguiada de una corriente galvánica a través de una aguja de acupuntura que produce un proceso inflamatorio de carácter local, permitiendo la fagocitosis y la reparación del tejido blando afectado (tendón, ligamento, músculo, etc.). La corriente eléctrica galvánica y el propio estímulo mecánico de la aguja constituyen agentes físicos propios del campo terapéutico de la fisioterapia.
Los beneficios que aporta esta técnica son muchos:
Es un tratamiento local en el lugar de la lesión. Con la ayuda de la ecografía se aplica de forma directa sobre el tejido alterado y/o degenerado.
Consigue reparar el tejido afectado, la EPM es capaz deponer en marcha un nuevo proceso de proliferación del tejido colágeno que está desestructurado en estos procesos.
Las modificaciones en la estructura y en el comportamiento mecanobiológico del tejido blando son inmediatas y en tiempo real.
La efectividad es alta (en torno al 80%) respecto a los tratamientos convencionales de fisioterapia (ultrasonido, láser, olas de choque, etc.) o médicos (fármacos, infiltraciones o cirugía).
La frecuencia de recaídas es baja.
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